Anillos Umthala, engastados de plata rodiada y con una gran caracola de amatista de Luxenter.
Anillos de oro rosa y blanco, cuarzo, labradorita, rodolita y topacio natural, de colección sirena de Pomellato.
Brazalete Starfish de oro blanco, zafiros azules y diamantes de Grisogono.
Broche Dauphin de oro blanco, diamantes y zafiros, de Dior Joaillerie.
Broche tortuga de oro amarillo, rubíes y diamantes de Grassy.
Las joyas más exclusivas se apropian del fondo del mar para encontrar formas exóticas y llenas de matices. Delfines, caballitos de mar, estrellas ... esta temporada la flora y fauna marina queda inmortalizada en broches, pendientes, brazaletes y anillos por obra y gracia de algunas de las firmas de joyerías más prestigiosas, que reinventan la temática veraniega por excelencia con grandes dosis de imaginación y color. Las piedras preciosas más ricas y opulentas, como los zafiros, los rubíes y los diamantes, se convierten en aliados perfectos del oro - en todas sus variantes, incluida el negro- para recrear los animales más exuberantes de los fondos marinos, que parecen cobrar vida propia gracias a la introducción de piezas desmontables y materiales flexibles en las piezas, en un alarde técnico sin igual.
Imagenes by Vogue
Anillos de oro rosa y blanco, cuarzo, labradorita, rodolita y topacio natural, de colección sirena de Pomellato. 
Brazalete Starfish de oro blanco, zafiros azules y diamantes de Grisogono.
Broche Dauphin de oro blanco, diamantes y zafiros, de Dior Joaillerie.
Broche tortuga de oro amarillo, rubíes y diamantes de Grassy. Las joyas más exclusivas se apropian del fondo del mar para encontrar formas exóticas y llenas de matices. Delfines, caballitos de mar, estrellas ... esta temporada la flora y fauna marina queda inmortalizada en broches, pendientes, brazaletes y anillos por obra y gracia de algunas de las firmas de joyerías más prestigiosas, que reinventan la temática veraniega por excelencia con grandes dosis de imaginación y color. Las piedras preciosas más ricas y opulentas, como los zafiros, los rubíes y los diamantes, se convierten en aliados perfectos del oro - en todas sus variantes, incluida el negro- para recrear los animales más exuberantes de los fondos marinos, que parecen cobrar vida propia gracias a la introducción de piezas desmontables y materiales flexibles en las piezas, en un alarde técnico sin igual.
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