Esta temporada la feminidad se mezcla con el romanticismo, las prendas son ligeras y ablusadas, y no marcan en exceso la figura. Este romanticismo es renovado y sofisticado con motivos y cortes que provocan nuevas formas en la prenda acompañada de encajes.
Los colores adquieren merecido protagonismo, por su belleza y frescura. El beig junto con el oro, se convierten en los tonos estrella. Las texturas de rasos, organzas y creps, con aplicaciones ligeras y vaporosas, se entremezclan, dando lugar a formas agradables.
(Victorio & Lucchino)
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